Carta, canta

Informante/procedencia: César Torres Lañas, Perú.

Introducción/información previa: Este cuento es parte de las tradiciones culturales criollas. Se cuenta básicamente en Lima.


Cuando los españoles conquistaron el valle de Rimac, por el río Rimac que está allí, y bueno, le pusieron el nombre de Lima a la ciudad, los distintos conquistadores se fueron aposentando en todas las zonas que había allí.
Uno de los productos que había habitualmente, por la abundancia de agua, eran sandias. Entonces hubo un gran comercio de sandias en la zona durante muchos años y era normal cargar a los pobres indios con sandias para llevarlas de un sitio a otro. Y, por supuesto, había muchos problemas por esto.
Entonces, cuenta una de las tradiciones orales de allí que en un momento dado los indios, que no tenían conocimiento de la grafía, ni de la escritura castellana, sino más bien tenían sus propias formas de comunicación, tuvieron que llevar un cargamento de sandias de una zona lejana a otra.
Y estaban muertos de sed y de hambre, y claro, de pronto se les ocurrió, pues, comerse una sandia. Pero el cargamento de sandias venía con una carta. Entonces, como ellos no sabían qué sentido tenía la carta, pensaban que la carta les estaba vigilando. Entonces, muy disimuladamente, cogieron a la carta, la escondieron detrás de un árbol y se comieron una sandia. Y después, sacaron la carta y la volvieron a poner encima del cargamento.
Siguieron viaje y uno de los indios le dijo al otro:
– Oye, es muy extraño que el patrón haya enviado solamente siete sandias. Porque normalmente siempre manda dos, cuatro, seis, ocho… porque los cajones que llevamos son para llevarlas de dos en dos y es extraño que haya un sitio vacío. ¿Qué te parece si nos comemos otra?
Entonces, el otro indígena, muy disimuladamente, cogió la carta, la llevó detrás de unas piedras, la dejó allí, y se comieron la segunda sandia.
Cuando llegaron a entregar el cargamento el recepcionista abrió la carta, la leyó y se dio cuenta que faltaban dos sandias. Entonces, pues claro, los castigaron duramente. Y los indios dijeron:
– Ves, ves, hermanito, la carta canta.
Entonces de allí quedó el… cuando la gente en Lima recibe una carta siempre dice: «Carta, canta». Para que nos cuente las cosas que han pasado.

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